Amelia Licheva es poeta y crítica literaria. Profesora de Teoría de la Literatura en la Universidad de Sofía. Es autora de numerosos libros de teoría literaria así como de diferentes poemarios. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, alemán, italiano, polaco, árabe, entre otros. Redactora jefe de la revista literaria búlgara Литературен вестник (Periódico literario) y redactora de la revista Литературата (La literatura). Miembro del PEN club de Bulgaria y de la International Comparative Literature Association. Ha sido galardonada en diferentes ocasiones por su proyecto editorial del manual Teoría de la literatura: de Platón al postmodernismo, con la condecoración del ayuntamiento de Sofía, el premio Hristo G. Danov, así como con el Premio Nacional de Literatura Binyo Ivanov.


Последно танго

Вечерта опитва да напомни за себе си
с лекия вятър и белите облаци,
но слънцето не се предава
и с по-силен блясък фигурите очертава.
Вървим до живия плет,
отделящ реката и крайбрежните заведения,
чува се забравена музика,
която става все по-силна,
втренчвам поглед в квадрата,
който мога да очертая с ръце,
ако силно поискам -
възрастни мъже, излезли от картички
с фракове, папийонки и вид на контета,
но вече на преклонна възраст
се държат здраво за млади жени,
притискат се в тях и симулират водене,
танцуват тангото на възрастта, спомена и оцеляването.
На брега на Шпрее
в тези стъпки от миналото,
с позицията на тялото, с леките приклякания
те маркират страстта, контакта, общуването.
Хипнотизира ме този ням филм на надеждата,
на бягството от смъртта, 
в чиито герои
започвам да разпознавам моите родители
и тяхното лятно танго,
останало някъде в Морската градина на Бургас
и в моето детство.
Último tango

La tarde trata de recordarse a sí misma
junto al viento ligero y las nubes blancas,
pero el sol no se rinde
y un brillo más fuerte perfila las figuras.
Vamos andando junto a la valla de setos
que separa el río y los bares junto a la orilla,
se oye una música olvidada
que se vuelve cada vez más fuerte,
clavo mi mirada en el cuadrado
que puedo perfilar con las manos
si así lo deseo:
hombres mayores, salidos de cuadros
con fracs, pajaritas y con aspecto arreglado,
pero ya de avanzada edad,
agarran fuerte a mujeres jóvenes,
se apretujan en ellas y simulan llevarlas,
bailan el tango de la edad, el recuerdo y la supervivencia.
A la orilla del río Spree
en estos pasos del pasado,
con la posición del cuerpo, con las ligeras cuclillas
definen la pasión, el contacto, la comunicación.
Me hipnotiza esta película muda de la esperanza,
de huída de la muerte,
en cuyos personajes
empiezo a reconocer a mis padres
y su tango aquel verano
que quedó atrapado en el jardín marítimo de Burgás
y en mi infancia.

Traducción del búlgaro al español de Marco Vidal González



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