Procesión

PVP: 18 €

Ha desaparecido el silencio. La boca amordazada desuella el cosmos, las catedrales, los museos mientras se desliza, lenta sobre el papel, la tinta. No estaremos aquí de la misma manera. Kíril Vasílev hecha semillas sobre las hojas para que broten versos que rompen la monotonía de nuestra vida cotidiana, que muestran «lo que no debes ver aún» ya que, como imágenes candentes, nos pueden carbonizar las retinas. Así es la poesía de Vasílev, de expresión áspera y rotunda en la profundidad con la que aborda temas como el desamparo, el sometimiento, la muerte o el desarraigo que jadean silentes en una sociedad mundial cada vez más distópica como la actual. Una poesía que nos agrieta y ahoga las rosas, que no pretende agradar, pues le basta con limpiar en nuestra mirada la oscuridad de un tiempo en que los dioses y tótems parecen habernos olvidado. Sin embargo, el poeta provoca la palabra y su brillo responde a las heridas, y así nos devuelve, en su lírica, la luz de las tumbas vacías.

Mario Pera

Detalles
Autor
Traductor
Diseño
PVP
Género
Colección
Número de páginas
Tamaño
ISBN
Kíril Vasílev
Marco Vidal González
María Vera Avellaneda
18 €
Poesía
Bulgaria: poesía actual
184
14,8 x 21 cms
978-84-127697-4-6
Autor

Todo poema, creo, al margen del motivo concreto que lleve a escribirlo, es una forma de resistir a la muerte. Para mí implica que en el poema se abre una grieta en la que la realidad brilla por un instante como una estrella fugaz; vislumbrada por vivos, muertos y aún no nacidos.

Kíril Vasílev

La tortuga

Tengo un recuerdo terrible de una tortuga. Cuando era pequeño, pasaba los veranos en un pueblo de la montaña. Mi abuelo estaba gravemente enfermo aunque no era muy mayor. Era un hombre corpulento, pero indefenso como un niño. Mi abuela realizaba las labores agrícolas a la vez que nos cuidaba a mi abuelo y a mí. Un día, mi abuela apareció en casa con una tortuga que se encontró y la decapitó en el jardín. A continuación, le drenó toda su sangre, la hirvió y se la dio de beber a mi abuelo. Al parecer, una mujer le había dicho que la sangre de tortuga tenía poderes curativos. Mi abuelo nunca se recuperó.

Kíril Vasílev

Prensa

Este libro ha sido traducido con el apoyo del Fondo Nacional de Cultura de Bulgaria