Poesía búlgara del siglo XX: «Pueblo», poema de Aleksandar Vutimski en búlgaro y en español

Aleksandar Vutimski (Svoge, 1919 – Yugoslavia, 1943) fue un poeta y filólogo clásico por la Universidad de Sofia. Casi toda su familia se vio afectada por la tuberculosis, por lo que de pequeño se mudó a Sofía (Bulgaria). Es considerado uno de los poetas más significativos, pero menos conocidos en su país. Su poesía está dedicada a la ciudad y al amor en la que domina una visión del mundo nostálgica y melancólica. Está entre los primeros autores búlgaros en tratar la homosexualidad y la estética en su obra. No publicó ningún libro en vida, aunque algunos de sus poemas fueron publicados en revistas literarias de la época, como Zlatorog.


СЕЛО

Аз от далеч дойдох, село.
Дойдох при теб с надежда,
че ще намеря отдих и забрава -
в пустинното мълчание
на синия, застинал връх,
във свежия и нежен дъх
на сенчестите, мъхави дъбрави,
в постелята на меките треви.
 
Уви! -
Не те познавах аз, село.
Очаквах ли
такава бедност в ниските колиби
нечисти и настлани със земя,
където пушека души гърдите?
И толкоз мъка по изпитите
лица на уморените овчари,
на бледите, унесени жетварки,
които вечер
се връщат от далечните нивя
по къщите изгубени из мрака?...
А привечер
събират се във кръчмите мъжете
набръчкани,
измъчени
и груби; брадясали,
във извехтели дрехи,
да пият евтино вино,
за да намерят насърчение
или утеха.
Очаквах ли, о, село? -
От книгите, от стиховете
аз не познавах друго. Ти -
потулен кът
на веселите, мирните идилии,
на песните печални на кавала,
на малкото, любимото орало,
на пъстрите носии и хора̀.
 
Но ето - знам какво си ти сега...
 
Село, разбирам вече ропота
и топлата надежда,
дълбоко закопана във недрата ти.
Изглежда
аз сляп съм бил до днес
унесен в песните за самотата,
и на земята чужд и непотребен.
Село,
жадувам друг живот за тебе.
PUEBLO

Pueblo, he venido desde muy lejos.
Vine a verte con la esperanza
de encontrar sosiego y olvido:
en el desolado silencio
de la cumbre helada y azul,
en el tierno y fresco suspiro
de los sombríos y musgosos bosques,
sobre el lecho de fina hierba.

¡Pero no!
Resulta que no te conocía, ¡pueblo!
¿Acaso podía esperarme
esta miseria en las bajas chozas
sucias y cubiertas de tierra,
donde los pechos se asfixian de humo?
¿Y tanta tristeza por los rostros
demacrados de cabreros exhaustos,
de pálidos, soñolientos segadores,
que por la noche
vuelven desde lejanas tierras
a sus casas desperdigadas entre la penumbra?
Y por la tarde
se reúnen los hombres en la taberna
arrugados,
atormentados
y rudos; barbudos,
con ropajes gastados,
a beber vino barato
para tratar de hallar estímulo
o consuelo.
¿Acaso me lo esperaba, oh, pueblo?
No conocía otra cosa
excepto libros y versos. Y tú:
rincón oculto
de alegres y apacibles idilios,
de la triste melodía del kaval,
del pequeño y querido arado,
de los coloridos trajes y bailes.

Pero sé cómo eres ahora…

Pueblo, ya entiendo el murmullo
y la cálida esperanza
enterrada profunda en tus entrañas.
Parece
que he estado ciego hasta ahora
ensimismado en el canto de la tristeza,
y a esta tierra he sido ajeno e innecesario.

Pueblo,
ansío otra vida para ti.

Traducción del búlgaro al español de Marco Vidal González